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“Os voy a quemar vivos”

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Tenía 24 años, dos hijas y mucha rabia acumulada. En junio de 2014 prendió fuego a un edificio habitado para vengarse de los vecinos que le habían impedido ocupar uno de los pisos. Veintitrés personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad y el fuego se propagó afectando a varias viviendas. La Fiscalía pide para él una pena de 20 años en el juicio que empezó ayer en la Audiencia de Barcelona.

El acusado había perdido el trabajo y a pesar de que tenía fijada su residencia en el edificio Marte del barrio de La Mina, pasaba muchas noches durmiendo en el coche junto a su mujer y sus dos hijas, una de 2 años y un bebé de pocos meses. Desde hacía meses que tenía la fijación de poder acceder a uno de los pisos que había en una finca de la calle Otranto de Barcelona, una vía cercana a la Rambla Prim y cercana a su Sant Adrià natal. El incendio fue provocado en un piso vacío de la tercera planta y provocó que 23 vecinos quedasen afectados por el fuego y el humo.

Según el relato de la fiscalía, a finales de 2013, accedió al edificio, quebrantó la cerradura y logró entrar en el bajo, que era propiedad de un banco pero la rápida actuación de los vecinos, fastidiados por los problemas que habían generado unos anteriores okupas, llamaron a la policía que lo devolvió a la calle. Frustrado, Jorge se dirigió a uno de los vecinos: “Chivato, te voy a pillar”. Más adelante, el acusado lo intentó de nuevo y pidió a la presidenta de la comunidad que le dejara instalarse sin avisar a la policía pero ella se negó. “Si no me dejan ocupar el piso me pondré a malas”, avisó.

La fijación de Jorge, sin embargo, siguió latente. El 22 de junio de 2014, el joven volvió a la finca y se percató de que el 3º 2ª estaba deshabitado. Intentó entrar de nuevo, pudo subir unas sillas y cuatro muebles, pero el vecino de al lado lo sorprendió y llamó a los Mossos que frustraron de nuevo la ocupación. Jorge, con la mirada nublada por la ira y movido por la venganza, entró en una espiral que culminaría con el incendio del edificio a las dos de la madrugada. Se instaló en un banco frente a la finca y empezó a proferir insultos a cualquier vecino que ingresara en la finca. A las 17:15h empezó a gritar: “Os voy a quemar vivos, hijos de puta; como no me dejéis dormir esta noche en el piso, os voy a quemar el edificio entero, mañana os vais a ver muertos”.

Aquella misma tarde volvió a entrar al piso que quería ocupar y llenó el interior de velas encendidas que un vecino apagó de urgencia al ver la puerta abierta. Tres horas más tarde, Jorge regresó y fijando la mirada en unos vecinos que estaban sentados frente a la finca y amenazó: “pocos vivos van a salir de aquí. “Si no me dejáis hacer lo que quiero os voy a cortar el cuello”. Sobre las dos de la madrugada, aprovechando que los vecinos del bloque dormían, entró a la finca y accedió  a 3º 2ª, adentrándose hasta el comedor, donde prendió fuego y salió huyendo, según el relato de la fiscalía. Las llamas arrasaron el inmueble, la escalera se llenó de humo y el fuego se propagó rápidamente hacia los pisos de la misma planta y de las plantas superiores. Los vecinos salieron al balcón para refugiarse de las llamas pero no todos llegaron a tiempo. La vecina del 5º, de 76 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria y tuvo que ser reanimada en el mismo lugar de los hechos, y su hija se desmayó por inhalación de humo sufriendo quemaduras de segundo grado. En total, hubo 23 afectados y la mayoría tuvieron que ser trasladados en ambulancia al hospital por quemaduras e intoxicación por humo.

A los pocos días de los hechos, los Mossos, tras certificar que el incendio había sido provocado y escuchar el testimonio de los vecinos, detuvieron y enviaron a prisión a Jorge, donde permaneció tres meses. Su abogado, Eloi Castellarnau, logró su puesta en libertad y mantiene la inocencia de su cliente alegando que la causa se basa en indicios y no existe ningún vecino que lo identificase en el edificio donde se declaró el incendio. Ayer en el juicio, Jorge proclamó su inocencia y basó su defensa en que había parte de sus muebles en el piso que se quemó. “¿Cómo quieren que queme lo poco que tenía?”.

Publicado en La Vanguardia

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